Control del uso de pantallas en el desconfinamiento.
Videollamadas a los abuelos, a los tíos tíos, fiestas de cumpleaños con zoom, clase online a las 12… Si en tiempos pre-confinamiento era difícil establecer límites con nuestros hijos a la hora de utilizar las pantallas, ahora, controlar el tiempo de exposición a las nuevas tecnologías se nos antoja una tarea titánica.
Además, el uso de las pantallas como “chupete emocional”, es decir, para mantener entretenidos y calmados a nuestros hijos, y de paso poder dedicar ese tiempo al teletrabajo o a las tareas del hogar, es un comportamiento totalmente perjudicial.” Si de pequeños no les enseñamos a tolerar pequeñas frustraciones, se dificulta el aprendizaje de la autorregulación emocional y luego tendremos adolescentes y adultos incapaces de contener sus emociones o de expresarlas de forma correcta” (Dave Anderson, psicólogo clínico del Child Mind Institute).
No existe una respuesta rápida y sencilla para gestionar el uso de las pantallas, pero si podemos seguir unas pautas para ayudar a nuestros hijos en el uso de nuevas tecnologías, y quizás algo también importante, darnos un tiempo libre a nosotros también.
- Establecer límites y expectativas razonables: es inevitable que en las circunstancias actuales el tiempo frente a la pantalla aumente, pero se pueden seguir las siguientes pautas:
- Compasión: el tiempo libre, sin estructurar frente a un dispositivo, puede ser una fuente de desahogo para nuestro hijo. Al igual que para un adulto.
- Ofrece tiempo extra de pantalla como una recompensa por el buen comportamiento.
- Horario: si saben en qué momento del día o de la semana podrán usar los dispositivos, la ansiedad y las demandas se reducirán.
- Mantener el plan dentro de cierta flexibilidad: quizás los primeros días sean duros y se resistan al sistema, pero poco a poco se sentirán seguros y menos nerviosos.
- Sea su modelo: nuestros hijos aprenden por imitación, comportémonos como queremos que se comporten.
- Priorizar el bienestar holístico del niño: si un niño tiene un desarrollo saludable, probablemente el tiempo que usa delante de la pantalla no sea un problema. Debemos preguntarnos si:
- Duerme bien
- Tiene una buena alimentación
- Realiza ejercicio físico
- Mantiene contacto social con sus amigos y familiares
- Está presente en las tareas escolares
- Utilice las nuevas tecnologías para mantenerse conectado socialmente: llamadas o videollamadas con nuestras familias o grupos de amigos hace que la sensación de distanciamiento disminuya y es de gran relevancia para el desarrollo de nuestros hijos.
- Presencia: controlar la actividad que realizan nuestros hijos con las pantallas (en la medida de lo razonable si nuestros hijos son adolescentes) e involucrarnos en las actividades que más les atraigan fomentarán un uso responsable de las nuevas tecnologías:
- Mantente informado de sus intereses: podemos preguntarlos por sus intereses, los juegos de moda, o las canciones que escuchan. A veces es tan sencillo como sentarnos a su lado y observar. Podemos preguntarles y dejarnos enseñar, no hay nada más motivante para un hijo que enseñar una nueva habilidad a sus padres.
- Participa con él: podemos jugar a un videojuego, ver una serie o escuchar una canción. Estar presentes para nuestros hijos les ayudará a sentirse queridos y confiados.
- Fomentar la curiosidad: es habitual en niños y adolescentes repetir una y otra vez lo que conocen. Abrirles nuevos horizontes e incentivar su exploración puede ser saludable para su “dieta digital”.
- No es el momento para ser estrictos. Ningún padre es perfecto, y establecer límites o expectativas rígidas puede conllevar más frustración y conflictos que beneficios. Permitirnos cierta flexibilidad ayudará a nuestros hijos a tolerar la frustración a la vez que establecen vínculos de afecto significativos en la familia. Además, nos ahorrarán enfados y tensión en casa.