Las dificultades de aprendizaje son un conjunto de síntomas y trastornos que se manifiestan principalmente en el ámbito escolar afectando a la capacidad del niño para aprender habilidades como la lectura, el cálculo, la comprensión, la orientación o la psicomotricidad. Estas dificultades pueden presentarse aún cuando el niño posee un CI (inteligencia) normal y pueden interferir en su desempeño en la escuela. Por ello, es necesario detectar posibles problemas de aprendizaje en los niños, para ayudarles a resolverlos y mejorar su rendimiento en el mundo académico.
Para una correcta detección y diagnóstico es necesario ver en qué afectan estos problemas al niño y valorar que la causa no se deba a retraso mental, déficits sensoriales o motores, o por una lesión adquirida. De forma paralela conviene explorar hasta qué grado el problema puede afectar al bienestar emocional o la autoestima del niño.
Mediante la realización de diversos tests podemos delimitar un perfil de las capacidades del niño. Tras la valoración y diagnóstico, se diseñarán diversos ejercicios que tengan como objetivo mejorar aquellos aspectos en los que el chico está experimentando dificultades. También es posible ayudar al niño con herramientas como el neurofeedback, que permitirán trabajar las zonas cerebrales implicadas en las funciones que más afectadas se encuentran, como la lectura o el cálculo, por ejemplo.