La extirpación de la próstata es una intervención quirúrgica importante y conlleva diversos efectos secundarios posibles. Los más comunes son la incontinencia urinaria y la disfunción eréctil. La incontinencia urinaria, una incapacidad para controlar la vejiga, suele manifestarse como un goteo o escape de orina al estornudar o reír. Es consecuencia directa de la extirpación de la glándula prostática, que desempeña un papel vital en el control de la orina.
La disfunción eréctil, la incapacidad de lograr una erección completa, es una realidad para muchos hombres tras la extirpación de la próstata. Esta disfunción persiste independientemente de que se hayan preservado los nervios durante la intervención quirúrgica.
Además de la incontinencia urinaria y la disfunción eréctil, los pacientes pueden experimentar cambios en el orgasmo y pérdida de fertilidad. La extirpación quirúrgica de la próstata puede provocar orgasmos secos en los que no se eyacula semen. Este cambio, unido al hecho de que las vesículas seminales suelen extirparse durante la cirugía, puede provocar infertilidad.
Puede producirse linfedema, o hinchazón en una o ambas piernas, tras la extirpación de los ganglios linfáticos durante el procedimiento de extirpación de la próstata. Este efecto secundario está relacionado con la interrupción del drenaje linfático en el cuerpo, lo que provoca acumulación de líquido e hinchazón.
La hernia inguinal es un posible efecto secundario que consiste en la protrusión de tejido graso o de un asa del intestino delgado a través de una zona débil de la ingle. Esto puede deberse a la tensión ejercida en la zona durante la intervención quirúrgica.
Algunos hombres también pueden notar un cambio en la longitud de su pene después de la cirugía, concretamente un acortamiento. Se trata de una posible alteración física que puede producirse tras la intervención.
La gravedad y el tiempo de recuperación asociados a estos efectos secundarios pueden variar significativamente de una persona a otra.Algunos individuos pueden experimentar síntomas leves mientras que otros pueden enfrentarse a consecuencias más graves de la cirugía.Los efectos secundarios a largo plazo pueden incluir disfunción eréctil continuada y diferentes tipos de incontinencia urinaria como incontinencia de esfuerzo, por rebosamiento, de urgencia y continua.
También puede haber casos de dolor persistente tras la intervención.
Ante estos posibles efectos secundarios, es importante mantener una conversación abierta con el profesional sanitario. Éste puede ofrecerle información sobre las distintas opciones para tratar o controlar estos síntomas. Esto puede incluir medicación, fisioterapia o, en algunos casos, cirugía adicional.
La vida después de la extirpación de la próstata conlleva varias adaptaciones. Dos problemas importantes relacionados con la calidad de vida que conlleva vivir sin próstata son la pérdida del control urinario y la pérdida de la función eréctil. A pesar de los retos que pueden suponer estos cambios, es fundamental tener en cuenta que existen opciones de tratamiento para controlar estas afecciones y mantener una buena calidad de vida después de la cirugía.
Existen varias opciones de tratamiento para controlar los efectos secundarios de la extirpación de la próstata. Por ejemplo, la incontinencia urinaria puede tratarse a menudo con ejercicios del suelo pélvico o medicación. La disfunción eréctil puede tratarse con medicación, dispositivos de vacío o implantes de pene. Para el linfedema, pueden recomendarse prendas de compresión y fisioterapia. Para hacer frente a estos efectos secundarios es necesario un plan de tratamiento integral que aborde las necesidades individuales del paciente.
Tras la extirpación de la próstata, los pacientes deben estar atentos a su salud y acudir rápidamente al médico si experimentan complicaciones o problemas continuos. La vida postoperatoria puede requerir algunos ajustes, pero con los cuidados y el tratamiento adecuados, los pacientes pueden llevar una vida plena a pesar de los efectos secundarios.