Tus hijos, desde que nacen realizan ciertos comportamientos con la finalidad de cumplir un objetivo concreto. Un ejemplo es el llanto: el bebé llora porque tiene hambre o se siente incómodo, sin que nadie le haya enseñado a hacerlo. Se trata de un comportamiento reflejo. Pero a medida que van creciendo, este comportamiento se va modificando o intensificando según la respuesta que van obteniendo.
Por ejemplo: La madre atiende al niño cada vez que aparece una rabieta, Con esto, el niño puede aprender que cuando tiene rabietas puede obtener ciertas cosas que de otro modo no lo hará.
Con este programa de entrenamiento se pretende desarrollar habilidades que puedan ayudarte a conocer y manejar con más eficacia el comportamiento de tu hijo.
El entrenamiento te orientará sobre la forma en que tu hijo aprende los comportamientos adecuados e inadecuados y trabajaremos diferentes formas de usar vuestra influencia para ayudar a tu hijo en el aprendizaje de comportamientos que sean gratificantes tanto para él cómo para los demás.
El programa de intervención que utilizamos es el de Niño Desafiante (Defiant Children) de Berkley, máxima autoridad en el comportamiento desafiante. Se ha usado en multitud de estudios con muy buenos resultados. Se trata de una intervención que será trabajada por los padres con la constante supervisión del terapeuta y se dividirá en diez pasos:
Nuestra experiencia nos ha mostrado repetidamente que la correcta aplicación de este programa de entrenamiento se muestra muy eficaz para la modificación de los comportamientos de los niños. Sin embargo los beneficios no se quedan aquí: mediante este programa los padres también aprenden a reaccionar de forma más positiva y eficaz al comportamiento del niño y cómo prestarles la atención que estos merecen (y cuando la merecen), contribuyendo a desarrollar una buena autoestima y mejorando notablemente el clima familiar.